Capitulo I (Part. IV)

Cuando me interné en una parte del bosque era muy tupida, 5 hombres me tomaron por sorpresa. Les pregunté que ¿Qué estaban haciendo 5 hombres en mitad del bosque y a tan altas horas de la noche?, ellos me contestaron que habían visto pelear en el bar la otra noche y que había matado a su amigo –la verdad no lo recuerdo, estaba muy ebrio- , y querían vengarse, por eso me habían seguido hasta acá. De repente uno de ellos se me acercó, me puso una mano en el hombro y me dijo que estos serian mis últimos minutos de vida, yo comencé a reír a carcajadas, pero parece que no les agrado, por que el que me había tocado se alejó repentinamente y saco dos cuchillas y me hizo callar de una manera no muy cortes. Les dije que estaba cansado y que quería dormir, pero no les importó, uno de ellos se me tiró encima con una espada en la mano, yo desenvainé la mía, y con un movimiento sagas le corté la garganta, luego me di vuelta, y al que estaba detrás mío lo decapite sin oportunidad a que hiciera algún movimiento. A los 3 que quedaban los mire con odio, y uno echo a correr; tomé una de mis dagas que tenia en el cinto y la lancé con fuerza, luego tome la otra y me abalancé contra el tipejo que me había tocado. La daga que lancé, llego justo en la nuca de el que había empezado a correr; mientras sus amigos miraban como moría, yo puse la daga en el cuello del tipo y cuando el me miró, le dije parecía que se había equivocado, y que era a él al que le quedaban pocos minutos de vida; al momento de rajarle la garganta, sentí un dolor agudo y punzante en el abdomen, pero no le di importancia por que el otro hombre que estaba al lado, se había abalanzado contra mi, logrando clavarme un puñal en el brazo; cuando hizo eso, yo giré y le clavé mi daga en el corazón.
Después de asesinar a estos ladrones, los revise, tome algunas de sus armas, y me dirigí hacia el lugar donde estaba acampando. Cuando iba llegando me empecé a sentir un poco mareado, y el dolor del abdomen se izo notar… Me revise y solo tenia una pequeña perforación bajo una costilla, así que tomé mi camisa empapada de sangre, la raje, y me hice una venda, luego comí algo y me dispuse a dormir, pensando y esperando el nuevo día, para ver que cosas me depara el destino…