sábado, 19 de abril de 2008
Capitulo I (Part. IV)
Después de asesinar a estos ladrones, los revise, tome algunas de sus armas, y me dirigí hacia el lugar donde estaba acampando. Cuando iba llegando me empecé a sentir un poco mareado, y el dolor del abdomen se izo notar… Me revise y solo tenia una pequeña perforación bajo una costilla, así que tomé mi camisa empapada de sangre, la raje, y me hice una venda, luego comí algo y me dispuse a dormir, pensando y esperando el nuevo día, para ver que cosas me depara el destino…
Capitulo I (Part. III)
Una vez dentro, sentí que todos me observaban, fui directamente hacia la barra y pedí una cerveza, mientras esperaba, mire a mi alrededor para ver si encontraba a estos tres “hombres”, pero no los haye por ninguna parte. Me quede en ese lugar por un buen rato, pero no los vi salir jamás; así que después de varias cervezas me fui. Pero antes de salir, cuatro hombres me detuvieron en la puerta, uno de ellos me dijo que le diera mi dinero, pero como no accedí a su propuesta, el que estaba al lado izquierdo, que parecía un mamut, me dio un buen golpe que me hizo volar hasta la mesa que estaba detrás, el tipo que estaba en esa mesa se levantó, se acercó a el “mamut” y le conectó un golpe directo en la mandíbula… Después de eso, varias personas se metieron a la pelea, algunas con sillas, y otras golpeaban con restos de las mesas. Logré salir de ahí después de golear un par de personas, y creo, que asesiné a una, luego pude ir a la posada, en donde caí dormido encima de la cama.
Cuando desperté, ya era tarde, el sol se estaba poniendo en el Este. Bajé a comer algo y fui de nuevo a esa cantina, esta vez con la esperanza de ver a estos 3 “hombres” de nuevo. Lamentablemente no aparecieron, y decidí ir a descansar para continuar mi viaje a la mañana siguiente.
Al amanecer, tomé mis cosas, compré algunas provisiones, y partí mi viaje de nuevo, encaminándome hacia el próximo pueblo, que esta a un par de kilómetros al Oeste. Un hombre en el bar, me dijo que todo aquel que iba por ese camino, nunca más se le volvía a ver; así que por eso decidí tomar ese.
Ya caída la noche, en mitad del bosque, decidí acampar en una especie de claro. Hice una fogata, y cazé algunos animales para comer. Pero mientras cazaba, escuché unos ruidos, como pisadas, mi instinto de curiosidad me incitó a ir a ver que era, así que mi espada y un par de dagas, y fui a averiguar que era lo que me espiaba…
sábado, 12 de abril de 2008
Capitulo I (Part. II)
En medio de la batalla, me cayó un árbol en llamas, por suerte solo me golpearon ramas, pero al intentar esquivar el árbol, caí en una zanja golpeándome la cabeza contra una roca.
Cuando desperté a la mañana siguiente, el sol recién asomaba, me tome unos minutos para recuperar un poco el sentido y luego me dispuse a buscar a algún sobreviviente, lamentablemente todos habían muerto. En lo que quedaba de mi casa, encontré los restos de mi familia, pero faltaba uno de mis hermanos. Con la esperanza de que estuviera vivo, comencé a buscar entre los escombros, hallé a muchos de mis amigos, pero el cuerpo de mi hermano no estaba.
Decidí dormir allí esa noche, pero no pude conciliar el sueño, el recuerdo de esos malditos bastardos arrasando con mi gente no me dejaba dormir. Así pase toda la noche en vela. Al amanecer, registre algunas “casas” y tome algunas armas y provisiones. Así comienza mi viaje hacia lo desconocido.
Por muchas horas seguí un camino, hasta que justo al atardecer, tope con un pueblo, ahí pedí refugio y alimento.En mitad de la noche, atormentado por mis pesadillas, escuche el galopar de unos caballos, no me asombre, pero por curiosidad me asome por la ventana; mi sorpresa fue enorme al ver que los tres “hombres” que masacraron a mi aldea estaban justo ahí, en frente de la posada, metidos en un bar. Me tranquilicé un poco y decidí bajar y entrar al bar.
Capitulo I - (Part. I)
Yo nací en una pequeña aldea llamada Tryson. Me crié con mis padres y mis tres hermanos mayores. Aprendí a blandir la espada perfectamente a los 5 años, y a los 19 era el mejor guerrero de la aldea.
Para ese entonces ya me habían tocado grandes batallas contra caballeros de la realeza, ninguno de los que se enfrento contra mi volvió a casa.
Toda mi vida, hasta los 21 fue así. Batallas contra caballeros, cruzados, ladrones, etc.
Pero una noche, en la que un silencio profundo y macabro dominaba, todo cambió. El silencio fue interrumpido por el resonar de un galope en lo profundo del bosque. Cada vez el galopar de los caballos se escuchaba más cerca, de repente se pudo ver una silueta entre una suave niebla baja, parecía un hombre encapuchado sobre un caballo, luego al lado de él se divisaron 2 hombres más. Uno de ellos baja del caballo y se acerca a una niña que estaba cerca, y con un movimiento casi fugaz le corta el cuello. Nuestra reacción inmediata fue hacerse a las armas y luchar, pero lo que nosotros considerábamos como simples hombres, no lo eran, eran bestias… demonios… no eran humanos.